El primer barco frigorífico de la historia fue el SS Dunedin, también conocido como Dunedin. Fue construido en 1882 por la empresa William Doxford & Sons en Sunderland, Inglaterra. Este barco revolucionario se convirtió en el precursor de la industria del transporte de carga refrigerada a largas distancias.
El SS Dunedin tenía una capacidad de carga de 379 toneladas y estaba equipado con un sistema de refrigeración que utilizaba amoníaco como refrigerante. Este sistema permitía transportar productos perecederos como carne, frutas y verduras a través de largas travesías marítimas sin que se dañaran.
El éxito del SS Dunedin sentó las bases para el desarrollo de la tecnología de refrigeración en la industria marítima, permitiendo la exportación de productos frescos a mercados lejanos. Gracias a esta innovación, se pudo ampliar el comercio internacional y satisfacer la demanda de alimentos frescos en todo el mundo.
El buque frigorífico es una embarcación especializada en el transporte de productos perecederos que necesitan mantenerse a bajas temperaturas para conservar su calidad. Este tipo de buques cuentan con sistemas de refrigeración que les permiten mantener la carga a la temperatura adecuada durante todo el trayecto marítimo.
Entre los productos que puede transportar un buque frigorífico se encuentran frutas, verduras, carnes, pescados, lácteos y productos congelados. Es fundamental que estos alimentos lleguen en óptimas condiciones a su destino, por lo que el control de la temperatura es indispensable.
Además, los buques frigoríficos suelen contar con un equipo especializado de monitoreo y control de la carga para asegurarse de que las condiciones se mantengan estables en todo momento. Esto incluye la ventilación, la humedad y otros factores que pueden afectar la conservación de los productos.